Las víctimas más vulnerables de la violencia de género son los niños

Hace unos días Naciones Unidas condenó al estado español por negligencia en el caso de Ángela González y su hija Andrea. A pesar de que la madre había denunciado en más de 30 ocasiones las amenazas y agresiones del padre, éste siguió disfrutando de la custodia de la niña hasta que finalmente la mató.

La idea de que los niños no son víctimas directas en las familias en las que hay violencia de género sigue estando muy arraigada entre abogados, jueces y trabajadores sociales. Muchos de estos profesionales hacen prevalecer los derechos del padre sobre el interés superior del menor que, como se sabe, es uno de los principios fundamentales de los procedimientos judiciales en los que intervienen menores.

Desde aquí queremos dar un paso más. No solo hay que proteger a los niños de los padres maltratadores, también en ocasiones hay que defenderlos de sus propias madres, ya que cuando ellas no son capaces de denunciar o de separarse suelen inculcar en los niños sumisión y obediencia hacia aquel que los maltrata. Incluso esperan que lo quieran y respeten como si de verdad fuera un padre.

Os dejamos uno más de los testimonios de Laura que nos permite poner palabras en el miedo y la confusión que sufren los niños que viven en familias con violencia de género.

Más de veinte años después mi madre, que nunca llegó a separarse, se escandaliza y se molesta porque no tengo buena relación con mi padre ni me esfuerzo para conseguirlo.

Contesto indignada que nunca nos ha tratado bien como para merecerlo, ni siquiera recientemente. Aunque según ella, conmigo de pequeña nunca se ha portado mal… (sobre eso no voy a profundizar ahora) y dice que con ella no fue para tanto…

Me parece increíble que lo quiera negar y hacerme sentir que me lo invento. Como si de pequeña hubiera creado por mi misma todas esas imágenes y hechos terribles que recuerdo. Todas esas discusiones a gritos acompañadas de empujones, bofetadas, puñetazos por todas partes, pisotones y patadas. Y objetos volando por los aires y estampados por cualquier sitio, incluso sobre ella.

Muchas veces me encerraban en mi cuarto cuando eso ocurría. Por cierto, según ella, era un gesto que debería valorar.

Tras esa puerta cerrada solo se podían oír los gritos, los insultos, los golpes y a mi madre llorar desesperada pidiendo perdón por cualquier insignificancia y suplicando, por favor, que parara.

Desde luego, aquella puerta no me dejaba sorda ni evitaba que pudiera dejar de visualizar lo que ocurría fuera porque en otras ocasiones sí lo había visto. Aunque mi madre no quiera recordarlo.

Cuando ahora lo recuerdo y traslado mis pensamientos a ese pasado, sigo viéndome abrir la puerta de mi habitación cuando parecía haber vuelto la calma y encontrarme a mi madre llorando en silencio, tumbada en el suelo del pasillo y con un vaso de agua a su lado que había puesto su marido para que se lo bebiera y se calmara.

Laura, 29 años

 

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4 thoughts on “Las víctimas más vulnerables de la violencia de género son los niños

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  2. Narcissa Contestar

    Me pasó casi exactamente lo mismo. Sólo que ese demonio del que mi madre se enamoró, ni siquiera era mi padre, era su novio. Las únicas palabras de defensa que algún día escuché fueron «ay, no digas eso», «ay, no grites» y con una vocecilla ffrágil y quebradiza… Nunca le paró las manos, nunca evitó ni un sólo golpe. Cuando se iba a trabajar y yo le suplicaba que no se fuera, que por lo menos me llevara a casa de una amiga suya, una vecina, me decía que no exagerara!! Esa casa era un infierno, gritos, insultos, agresiones hacia mi o hacia ella… Él era capaz de pasarse horas y horas soltando un discurso de insultos y comentarios insidiosos sobre mi, mi madre, mi aspecto, hasta hacia otros familiares a los que no conocía!! Era todo infernal, las mañanas, las tardes, las noches llenas de peleas… Los únicos buenos momentos eran en casa de UNA amiga (la única que tenía), ya qdébil, colegio era otro infierno, pues como ya venía cansada de esa casa, me convertí en la rara, la que no hablaba, la cara de amargada y encima la piojosa, pues mi madre taaan ocupada con su novio, tardo todo un curso en quitarmelos, y encima me hizo un corte de pelo horrible para tener menos trabajo… osea, también era la FEA, como se encargaba el demonio de recordarme a cada munomento.
    A veces me iba a jugar con la hija de la vecina, pues llegaba él con el «vámonos» para seguir jodiendome la vida. Si me veía jugando, pues otra vez a joderme. Pero lo peor era la sumisión de mi madre!! A esa edad yo ya pensaba «si lo quieaspecto.ntar ella, pues O.K, pero YO PORQUÉ?!». Trajeron un perro a casa, pobre animal!! Qué palizas le daba! Hasta era capaz de mojarla y dejarla siempre empapada a la pobre. Recuerdo que incluso un día le pegué yo, con mi cabeza confundida, no sabía lo que hacía, sé que ella me perdonó porque siguió jugando conmigo hasta que la regalaron, pero cuando lo recuerdo me quiero morir, me duele el corazón!! El día que se la llevaron a otra casa, ese día yo fui feliz, porque se la llevaban del infierno!!
    Bueno… el infierno duró tres años, y sus abusos llegaron a tal punto que algunas escenas, no las puedo contar, soy incapaz, mi mente no me lo permite. Tenía las ensoñaciones, unas buenas en las que me veía ya mayor e independiente, bella y fuerte, y otras en las que me imaginaba dándole muerte a ese esperpento del que mi madre se enamoró… Y encima, cuando se separaron, lejos de alegrarse, mi madre jamás volvió a ser la misma. Se volvió apática, amargada, no volvió a jugar conmigo… Yo también cambié, a los doce años me empezaron a dar ataques de melancolía, gritaba y gritaba «nadie me quiere!! No le importo a nadie!!» empecé a odiar a mi madre, y sobretodo, a aquella niña tan débil que era yo, empezó el trastorno disociativo de personalidad, rompía y botaba todos los recuerdos de la inocencia, rallaba todas mis fotos, no quería nada que me recordara mi personalidad débil… Mi vida se arruinó: dejé el instituto, no soportaba que nadie me alzara la voz ni mucho menos que mediera ordenes, tampoco soportaba a nadie, pues a la mínima pensaba que querían burlarse de mi, y de hecho en esos sitios, nunca falta la gente cruel. Mi imagen cambiaba constantemente: primero punky, luego gótico, algún que otro día me arreglaba e iba a cualquier sitio con vestido de fiesta, lo que causaba la confusión de mis conocidos. Ella pasó de depresiva a alcoholica, y con sus borracheras no hacía otra cosa que querer pelear conmigo, y lo lograba! Pues yo en esa época no la respetaba, pensaba que si ella no me respetó a mi, y dejó que ma faltara al respeto su noviecito, qué obligación tenía yo de hacerlo con ella. Ahora la quiero a mi manera, pero eso no significa que la va

  3. Narcissa Contestar

    Eso no significa que algún día vaya a entender esa actitud. Hasta son AMIGOS!! Yo no estoy cada día con lo mismo, pero en su momento le digo «AMIGO?! alguien que te pegó, te hhundió, traumatizó a tu hija, nos jodió nuestra hermosa relación madre-hija, es tu amigo?!» ella dice que es que «fue hace mucho tiempo» Y QUÉ?! Que no fue para tanto!! Perdona?! Lo siento, pero esas son las cosas que me hacen pensar que lamentablemente mi madre quedó tocada con los golpes de él y de la vida… Como se puede perdonar eso?!Yo tengo claro que JAMÁS lo perdonare, creo que no lo haría ni en su lecho de muerte.No se lo merece! Ese infierno de tres años me trajo la desgracia a mi vida: nictofobia,trastorno negativista desafiante primero, después depresión neurótica que me llevó al hospital, luego ttrastorno disociativo, trastorno narcisista, pesadillas, más nictofobia con 22 años, terrores nocturnos… Sí, ok, son cosas que aunque suenen se pueden llevar, pero… es su culpa!! De él y de ella por no hacer nada! No puedo evitar pensar que de no ser por él hubieramos sido TAN felices, tan, pero tan, TAN felices… como lo éramos antes de que él llegara!! Y es que se lo montó bien, hizo lo que hacen los maltratadores: llevarse a su víctima lejos, a otro país. El hecho de perdonar, no me hace dejar de pensar lo malo que hizo, y es que yo, antes de que un energumeno le ponga un solo dedo encima a mi hijo, hijo de amigos, cualquier familiar… es que lo mato. Lo mato. Nunca entenderé como una madre puede ser tan fría como para permitir algo así y encima después te vayan con el descaro de pedirte que olvides!!

  4. Narcissa Contestar

    PD: veo que se me colaron algunas palabras repetidas o sílabas sin sentido, sorry! Cosas del teclado del móvil…

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