¿Por qué se presta menos atención a los niños que a las mujeres?

¿Por qué se presta menos atención a los niños maltratados que a las mujeres maltratadas? La sociedad prefiere no prestar atención al sufrimiento de los niños, especialmente si son como ellos y como sus hijos. Cuanto más próximo es ese sufrimiento más intranquilidad produce, por eso es preferible ignorarlo.

Es fácil sentir empatía por los niños que mueren de hambre en el tercer mundo, por los que son obligados a ir a la guerra o por aquellos que, en las grandes ciudades, tienen que mendigar. Pero cuando el daño se produce en el mismo edificio, en una familia a la que conocemos, con un padre que parece tan amable o con una madre abnegada, la sociedad prefiere no involucrarse. Y esa es una nueva agresión.

En los últimos años se ha prestado especial atención a todo lo que rodea la violencia de género o violencia sexista y es obvio que eso ha ayudado también a los niños que padecen esa situación. Se han modificado las leyes y, lo que es más importante, parte de las conciencias, para que la ciudadanía en general entienda la magnitud de ese problema. Los medios de comunicación han dado voz a las mujeres maltratadas y hemos conocido hasta qué punto puede llegar su indefensión.

Sin embargo, la posición de medios de comunicación, expertos y juristas en torno a los niños que viven en estas familias no siempre es la más adecuada. ¿Por qué en el recuento de víctimas de violencia sexista se excluye a los niños? ¿Por qué las mujeres maltratadas o asesinadas por sus maridos cuentan y no sus propios hijos, los que presenciaron el asesinato, los que quedaron huérfanos o incluso los que fueron también asesinados?

Siempre que hay violencia de género, aunque ésta no se ejerza directamente sobre los niños, estos deben ser también considerados víctimas. Es imposible que un maltratador sea un buen padre y en la mayoría de los casos suele ocurrir que una madre que está sufriendo de esa manera tampoco puede hacer bien su labor de madre.

La vida con un maltratador es un infierno, incluso cuando la situación es tranquila, por todo lo que hay que hacer para evitar que se enfade. Un niño que crece en un ambiente tan hostil no puede desarrollarse adecuadamente pues ha aprendido, por principio, a autocensurarse. Se sentirá además solo y no será capaz  de comprender lo que ocurre, creerá que es culpable porque odia a una persona a la que todo el mundo dice que debe querer (su padre) y a veces también se enfadará con la madre, en unos casos por no ser capaz de enfrentarse al padre y en otros incluso por hacerle enfadar y “provocar” una discusión.

Un niño maltratado no tiene referentes sanos para crecer, no aprende a relacionarse adecuadamente con los demás, no sabe resolver conflictos porque piensa que tiene que ser como papá, que no le gusta porque le da miedo, o como mamá, que tampoco le gusta porque es la que siempre pierde.

Un niño que no ha podido recibir el afecto que necesita para desarrollarse, no será independiente emocionalmente, no tendrá autoestima y llevará siempre consigo esos vacíos interiores que son tan difíciles de llenar.

 

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4 thoughts on “¿Por qué se presta menos atención a los niños que a las mujeres?

  1. Orquídea Contestar

    Soy una flor en el desierto o entre la basura. Cultivo orquídeas, me gustan porque son flores que crecen y florecen sin ayuda de nadie, no necesitan casi cuidados. Las silvestres crecen en la corteza de los árboles, solas, sin mimos, entre lluvias y alimañas arropadas por la corteza de un extraño. Los niños maltratados son como las flores que crecen en la basura, utilizan ese hedor para crecer y superarse aunque nunca deje de perseguirles y torturarles.
    Gracias por el blog.

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