¿Con qué frase te identificas más?

No vas a ser capaz       No sirves para nada                              Inténtalo, no pasa nada si te equivocas

         ¿Cómo te metes en eso?        Eres un inútil                                   ¡Qué bien se te da hacer eso!

                          Vas a hacer el ridículo                                           Eres inteligente          Anímate a hacerlo

         ¡Tú qué vas a saber!           Se van a reír de ti                                             Seguro que puedes

A lo largo de la infancia incorporamos palabras a nuestra vida que quedan dentro de nosotros y reaparecen cuando nos enfrentamos a nuevas relaciones o cuando tenemos que tomar decisiones.

Todos los días nos vemos obligados a tomar algún tipo de decisión. Todos los días nos relacionamos con gente. Imagina cómo influyen en tu vida estas palabras. Si son positivas te ayudarán a crecer, a enfrentarte con optimismo a cualquier contratiempo. Si son negativas te impedirán hacer lo que realmente quieres y te llenarán de miedo y pesimismo.

Peores que las palabras son las emociones que llevan incorporadas. Los sentimientos que tuviste cuando las escuchabas en tu infancia se han quedado tan dentro de ti como cada de una de esas frases. Esos sentimientos dominan tu cuerpo y tu mente y te impiden enfrentarte al presente porque continuamente te arrastran hacia el pasado. Muchas de las decisiones que tomas en tu presente están determinadas por las cosas que te ocurrieron en el pasado, pero eso no tiene por qué ser así. Puedes ser consciente de lo que ocurre e intentar cambiar esos recuerdos que invaden tu vida y te impiden actuar de acuerdo con lo que realmente quieres.

Hoy queremos que veas un vídeo muy original para que reflexiones, con todo el sentido del humor que puedas, sobre esos pequeños o grandes fantasmas que llevas dentro y que a veces salen fuera de ti y te ponen todo tipo de obstáculos en el camino. Una vez que los conozcas tal vez puedas ponerles ciertos límites y aprender a llevarte lo mejor posible con ellos. Eso también es resiliencia.

Después de ver el vídeo contesta a esta pregunta: ¿De qué está hecho tu cocodrilo? ¿Qué tipo de miedo lo alimenta? Piénsalo y seguro que encuentras la respuesta.

 

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